jueves, 16 de agosto de 2007

John Currin



Park City Grill,2000.


John Currin es un pintor cuya obra exige una segunda mirada. A primera vista, sus cuadros, o por lo menos sus retratos, recuerdan a la pintura renacentista y a los inicios del manierismo. Al estilo de lo "viejos maestros", las creaciones de Currin cuestionan las tradiciones pictóricas y su influencia en la percepción contemporánea. Tras observarlos una segunda vez, el espectador se da cuenta de que el artista americano aplica nociones contemporáneas sobre belleza y moralidad a sus atrayentes imágenes. Los clichés kitsch y las normas establecidas por las revistas de moda y la prensa del corazón se exponen y caricaturizan claramente bajo el signo del "arte elevado". Currin pinta desnudos, a veces clásicos y otras pornográficos, y escenas banales de la vida cotidiana directamente extraída de las telenovelas. Pero bajo la superficie plana aparentemente de la estética burguesa, pronto descubrimos la fealdad más absoluta. Risas histéricas, proporciones físicas grotescas, bromas de mal gusto y una decadencia física que el vestido asi no puede ocultar echan a perder sutilmente el placer sensual de las pinturas de Currin. Glamurosas y cínicas a la vez, sus pinturas crean una tensión, que el espectador es invitado a romper riéndose de lo que ve. Un ejemplo característico es Park City Grill, 2000, que muestra a una pareja en pleno filtreo: la tensa actitud casual y la belleza esterotipada de ambos personajes dejan traslucir la artificialidad y la vacuidad de su universo.



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